1. Fruto de ángel y demonio

Irma era una jovencita sencilla de descendencia indígena, nacida en Quito de padres otavaleños, aunque el mestizaje cultural colonizó su lenguaje y vestimenta, mantenía sus rasgos físicos, ese cabello lacio castaño hasta la cintura, cuerpo delgado y aquella belleza natural en su rostro, su único maquillaje era un labial rosado, su forma de ser era humilde, alegre y pacífica, siempre motivando la unión familiar a través del básquet, paseos y comilonas, sin embargo era una leona para defender a la gente que amaba, principalmente al ángel que traerá al mundo.

Por otro lado el Sr. Guerrero descendía de familia ambateña, con aires de grandeza, se creía aristócrata de sangre española, la verdad era que Rosidna, su madre tenía una fábrica de chocolate y era comerciante en mercados, su padre había muerto por lo que tuvo una infancia solitaria y tormentosa, criado en Quito, en el barrio San Roque entre amigxs y deporte barrial, desde joven el alcoholismo invadió su vida junto a múltiples formas de violencia y machismo, esto le llevó a varias relaciones fallidas e hijes regades. A sus 40 años tenía 3 matrimonios fallidos, un divorcio y 3 hijes abandonades. Irma en cambio a sus 20 años mantenía su virginidad y muy poco conocimiento de sexualidad debido a su conservadora familia.

En aquel tiempo Irma trabajaba como secretaria de la academia de artes marciales del mayor de sus hermanos, Jaime, él era algo estudiado y viajado, con gigantes ego y machismo, al punto de sacrificar a Irma, a su propia hermana para quedar bien ante el Sr. Guerrero, es así como se conocen esta pareja, luego de unos meses de cortejo cargados de engaños y mentiras, Irma y el Sr. Guerrero comienzan a ser enamorados.

Luego de unos meses de enamorados, Irma y Rosidna ya se conocían, la anciana alcahueteaba los engaños de su hijo, sin importarle que él ya hubia iniciado una relación con otra mujer, lo único que quería era conseguir una sirvienta más en su casa.

Eran las festividades de diciembre de 1986 cuando el Sr. Guerrero invitó a Irma a conocer las posesiones familiares en Ambato, pretexto para robar su virginidad entre ofrecimientos, seducción y algo de forcejeo, Irma entregó su cuerpo al hombre que la había enamorado, de regreso a Quito el Sr. Guerrero, habiendo conseguido su objetivo, tan solo desapareció un tiempo.