lunes, 18 de marzo de 2019

5. Las Matriarcas Pinto



Aunque ya se ha mencionado algo y se seguirá resaltando la admiración y respeto hacia las mujeres que dejaron huella en la vida de Juan, es justo dedicar un episodio a esas matriarcas de la familia Pinto, Desde la infancia tuvieron que aguantar el machismo y alcoholismo de Humberto Pinto su padre, que solía llegar de madrugada ebrio en busca de comida y dispuesto a golpear a Leonor Brito, la abuela que aguanto violencia física sicológica y sexual por más de 20 años hasta que sus hijes criaron, tuvo 2 abortos y 10 partos, de los cuales 2 murieron recién nacides y logró criar a 8 hijes, ya en su vejez tendrá que enterrar a 2 hijas más, por lo injusta que fue la vida con ella forjó un carácter fuerte y en ciertas escenas hasta cruel, pero también resalta su amabilidad con les visitantes, de ella surge la costumbre de recibir a les recién llegades con agua de hierbas dulces y pan, finalmente terminó sus días en una casa de retiro para ancianes. 

Con este antecedente la que ayudó en la crianza de toda la tribu fue Flery, la hija mayor y consentida de su padre, ella soñaba ser monja, en su juventud fue catequista en la parroquia La Magdalena y se ganó el aprecio de las monjas Doroteas, que propusieron llevarla a estudiar a Italia, ante ello su padre se negó, negándole su sueño y proyecto de vida, pero tampoco le permitía tener novios, ahuyentando a más de uno, creando en ella un tabú con todo lo que se refiere a la sexualidad. Ya en la adultez logró que su padre acepte a su primer novio, pero no tuvo final feliz, por motivos desconocidos miembros de la policía le dieron una golpiza al punto de dejarle muerto en pleno parque del barrio, delito que quedó en la impunidad, esta anécdota será contada a toda la descendencia infundiendo desconfianza y hasta rencor contra las autoridades públicas, bases de anarquía sin teoría académica sino a fuerza de experiencia de vida. Luego de unos años apareció un macho con buena labia que supo ganarse la aceptación del padre y terminó casándose con Flery, luego de tener 2 hijos el matrimonio fracasó, Flery no estaría dispuesta a aguantar la violencia que soportó su madre, decidió regresar a casa de sus padres y criar sola a sus hijos Carlos y Edwin, trabajando de todo lo que pueda.  Sin embargo ella se convirtió en columna de la familia e inspiración para sus hermanas. 

Otra luchadora incansable fue Adriana Pinto, talves la más creativa y arriesgada de la familia, al igual que su hermana también se casó con un macho violento que esperaba que ella esté en su casa sirviéndole mientras él coleccionaba mujeres, ella también tuvo una hija y un hijo, Mary y Blady, jamás le gustó depender de un hombre y desobedeciendo a su marido emprendió como comerciante, de cosméticos, ropa, juguetes o cualquier cosa para tener su propio dinero, suele contar entre lágrimas que su marido le encontraba vendiendo en la calle, la insultaba y hasta pateaba la mercadería, además más de una vez escapó de los policías que atormentan a comerciantes informales, en ocasiones perdiendo la poca ganancia que lograba con mucho esfuerzo, pese a todo jamás se dio por vencida, terminó separándose de ese macho y también crió sola a sus 2 hijes, junto a la numerosa familia Pinto, con el tiempo dominó  sus negocios de cosméticos,  joyas y adornos elaborados a mano, toda una artista, fue ella la que inició en el mismo negocio a su hermana Flery, sin importar todas las dificultades Adriana siempre fue la más alegre y cómica de la familia, una de las motivadoras para reuniones en fechas especiales. En los dos casos la vida ha sido justa pues sus hijos han crecido y ahora cuidan de ellas llenos de gratitud y rodeadas de nietxs, ya no necesitan trabajar como antes, sin embargo es imposible verlas quietas, siempre están recorriendo las calles visitando a sus clientas y conocidas por todo el sur de Quito.

Finalmente esta la tía Rut, la tía soltera siempre dispuesta a ayudar en cosas de la casa, la que cuidó a sus dos hermanas, a su madre y a su padre en sus últimos días hasta que murieron, la que ayudo en la crianza de todos los sobrinos, incluyendo a Juan, pero sobre todo a Patricio, un sobrino  que crió desde recién nacido y lo considera un hijo, ella es costurera en su humilde taller. Ni la pobreza ni las enfermedades que llegaron con los años le quitaron su entrega por sus dos sobrines.

Por supuesto entre las heroínas de Juan, esta Irma, su madre a quien dedicó el primer episodio de este libro y muchos más. 

Ellas son la admiración y heroínas de Juan, inspiración y motivación para sus luchas feminista, anti machista, y por los grupos diverses y vulnerables. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario