domingo, 28 de abril de 2019

19. Muerte de mamá Irma

Les doctores habían propuesto una operación que costaba 10.000 dólares y dejaría a Irma en estado vegetal alargando su vida máximo 2 años. Irma no aceptó y pidió al Señor Guerrero que ese dinero sea usado en los estudios de Juan asegurando su futuro, aceptó su muerte con dignidad. Tampoco fue sometida a quimioterapia y no perdió su cabello, cuando murió tenía una hermosa trenza hasta la cintura, con todo el orgullo de su cultura ancestral. 

El cáncer de Irma fue fulminante, en 6 meses había invadido todo su organismo, La bilis se regó por su cuerpa dándole un color amarillento, estaba extremadamente delgada, para calmar las convulsiones pedía que le fregaran con fuerza las manos, por ello las tenía laseradas, se intentó toda clase de calmantes naturales pero sólo detenían el dolor.  Se sabía que la muerte se acercaba, a diario llegaban monjas y curas a darle la extrema unción, eucaristía y confesión según los dogmas de la familia católica, tampoco faltaba la porción evangélica de la familia con pastores y trágicas oraciones que obviamente terminaban en convulsiones. Inclusive alguna vez la llevaron a un templo y una supuesta sanación que solo empeoró su condición.

En las últimas semanas Juan no iba a la escuela, ya no le permitían ver a su madre porque la escena podia ser traumática, la tía Rut era la encargada de atender alimentación, medicación y  limpieza de su hermana. Una noche llegó el tío Luis y se llevó a su casa a Juan, junto a otros dos primos, Pablo y Patricio,  que todavía eran adolescentes, pasaron la noche tratando de distraer a Juan con video juegos pero nada le subía el ánimo, el sabía que en cualquier momento su madre moriría. En la mañana llegó el tío Luis, se puso ropa negra y junto a la prima Mary comunicaron a Juan que su madre había muerto, Le llevaron a la misa realizada en el mismo cuarto donde murió que lo habían convertido en sala de velación por falta de recursos, en medio del feriado bancario, los familiares Pinto de Otavalo cubrieron la mayoría de los gastos pues conocían la situación económica de la familia, las tías atendían a la gente, les abueles lloraban, los tíos estaban algo ebrios, Juan no paraba de llorar abrazado de les primes Edwin y Mary,  en el momento de la misa en que se da la paz el primo Edwin se quebró y lloraba cual niño  repitiendo “no te me vayas ñaña”, finalmente apartaron a Juan y a los primos jóvenes que se quedaron en casa para trasladar el féretro de Irma al cementerio de la Magdalena. Al momento de meter el ataúd en el nicho la tía Rut se descontroló perdiendo la cordura, la prima Mary se desmayó, los tíos varones prefirieron sacar a las mujeres del campo santo. De esta manera Irma Pinto, madre de Juan, dejó este mundo el mes de febrero de 1999 dejando un vacío y cicatriz en el alma que jamás podrá curar. A Juan le gustaría decir que la lucha contra el cáncer es otra de sus luchas sociales, pero en realidad este tema lo trata de lejos puesto que es algo demacrado fuerte y doloroso a lo largo de su vida. Pues a su madre, antes que el cancer la mato la injusticia. 

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